El Malpensante
A propósito de los cuentos,
decidimos acompañar el tema con un breve paseo por las teorías y
consejos que sobre el género han formulado sus propios practicantes.
Sobra decir que las reglas artísticas son para dominarlas y luego,
de ser necesario, descartarlas.
“No
debería haber una sola palabra en toda la composición cuya
tendencia, directa o indirecta, no se aplicara al designio
preestablecido”. Edgar Allan Poe, “Hawthorne y la teoría del
efecto en el cuento”.
“Al
planear un cuento uno tiende a pensar primero sobre su marco: de una
multitud de protagonistas y personajes secundarios uno elige sólo a
una persona —esposa o esposo—; lo pone sobre el lienzo y lo pinta
solo. Haciéndolo sobresalir, mientras distribuye a los otros sobre
el lienzo como centavitos sueltos, y el resultado es algo así como
el firmamento: una gran luna rodeada de muchas estrellas pequeñas”.
Chejov, “Cartas sobre el cuento”.
“No
debes dar al lector ninguna oportunidad de recuperarse: tienes que
mantenerlo siempre en suspenso... Las obras largas y detalladas
tienen sus propios fines particulares, que por supuesto requieren de
la ejecución más cuidadosa... Pero en los cuentos es mejor no decir
suficiente que decir demasiado, porque... porque... No sé por qué”.
Chejov, “Cartas sobre el cuento”.
“La
teoría del iceberg de Hemingway es la primera síntesis de ese
proceso de transformación: lo más importante nunca se cuenta. La
historia secreta se construye con lo no dicho, con el sobreentendido
y la alusión”. Ricardo Piglia, “Tesis sobre el cuento”.
“El
desenlace en la narrativa, el efecto buscado en todas las demás
composiciones, debería haber sido considerado y arreglado de manera
definitiva antes de escribir la primera palabra; y ni una palabra
debería entonces escribirse que no tendiera —o formara parte de
una oración tendiente— hacia el desarrollo del desenlace o al
fortalecimiento del efecto”. Edgar Allan Poe, “Sobre la trama, el
desenlace y el efecto”.
“Esa
técnica no implica, como se piensa con frecuencia, el final
sorprendente. Lo fundamental en ella es mantener vivo el interés del
lector y por tanto sostener sin caídas la tensión, la fuerza
interior con que el suceso va produciéndose. El final sorprendente
no es una condición imprescindible en el buen cuento... Un final
sorprendente impuesto a la fuerza destruye otras buenas condiciones
en un cuento. Ahora bien, el cuento debe tener su final natural, como
debe tener su principio”. Juan Bosch, “Apuntes sobre el arte de
escribir cuentos”.
“Los
detalles son también la clave. Dios nos libre de los lugares
comunes. Primero que nada, evita describir el estado interior del
héroe; tienes que tratar de que se aclare a partir de sus
acciones... El centro de gravedad debe estar en dos personas: él y
ella”. Chejov, “Cartas sobre el cuento”
“Para
describir una banda de cuatreros en 700 líneas yo tengo que pensar y
hablar todo el tiempo como ellos, sentir con sus sentimientos; de
otro modo, si permito que se introduzca mi subjetividad, la imagen se
desdibujará y el cuento no será ya tan compacto como todo cuento
debe ser”. Chejov, “Cartas sobre el cuento”.
“El
comienzo de mis cuentos es siempre tan prometedor y parece como si
fuera el comienzo de una novela, la mitad es apretujada y tímida, y
el final es como un esbozo breve, como fuegos artificiales”.
Chejov, “Cartas...”.
“No
adjetives sin necesidad. Inútiles serán cuantas colas de color
adhieras a un sustantivo débil. Si hallas el que es preciso, él
solo tendrá un color incomparable. Pero hay que hallarlo”. Horacio
Quiroga, “Decálogo del perfecto cuentista”.
“El
consejo es sano pero no infalible, hay estilos que descansan en gran
parte sobre los adjetivos. El adjetivo imprevisto y contradictorio de
Borges; el adjetivo casi siempre más fuerte que el sustantivo de la
obra de Mallea; el adjetivo humilde y exacto de Maupassant y el que
ayuda en Poe a la obra del terror”. Sylvina Bullrich, “Refutación
del ‘Decálogo del perfecto cuentista’ ”.
“El
escritor no necesita de juegos ni de trucos para hacer sentir cosas a
sus lectores. Aun a riesgo de parecer trivial, el escritor debe
evitar el bostezo, el espanto de sus lectores”. Raymond Carver,
“Escribir un cuento”.
“Toma
a tus personajes de la mano y llévalos firmemente hasta el final,
sin ver otra cosa que el camino que les trazaste. No te distraigas
viendo tú lo que ellos no pueden ver o no les importa ver. No abuses
del lector. Un cuento es una novela depurada de ripios”. Horacio
Quiroga, “El decálogo del perfecto cuentista”.
“Un
escritor argentino, muy amigo del boxeo, me decía que en ese combate
que se entabla entre un texto apasionante y su lector, la novela gana
por puntos, mientras que el cuento debe ganar por knockout. Es
cierto, en la medida en que la novela acumula progresivamente sus
efectos en el lector, mientras que un buen cuento es incisivo,
mordiente, sin cuartel desde las primeras frases”. Julio Cortázar,
“Algunos aspectos del cuento”.
“La
novela es como un veneno lento y el cuento como un navajazo”.
Marina Mayoral.
“La
novela se desarrolla en el papel, y por lo tanto en el tiempo de
lectura, sin otros límites que el agotamiento de la materia
novelada; por su lado, el cuento parte de la noción de límite, y en
primer término de límite físico”. Julio Cortázar, “Algunos
aspectos del cuento”.
“Un
cuento es una acción dramática completa, y en los buenos cuentos
los personajes se muestran por medio de la acción, y la acción es
controlada por medio de los personajes. Y como consecuencia de toda
la experiencia presentada al lector se deriva el significado de la
historia... En la escritura de ficción, salvo en muy contadas
ocasiones, el trabajo no consiste en decir cosas, sino en mostrarlas.
Un buen cuento no puede ser reducido, sólo puede ser expandido. Un
cuento es bueno cuando ustedes pueden seguir viendo más y más cosas
en él, y cuando, pese a todo, sigue escapándose de uno”. Flannery
O’Connor, “El arte del cuento”.
Copiat de: http://elmalpensante.com
Cap comentari:
Publica un comentari a l'entrada